Corren malos tiempos económicamente hablando. Estamos viviendo (ya se alarga demasiado) una época difícil. Cualquier mínimo ahorro, por pequeño que sea, es bienvenido en la actualidad. Y todos tenemos en nuestra mano reducir gastos en la rutina diaria. Una opción es ahorrar en la factura de la luz.
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Para gastar menos energía lumínica debemos seguir una serie de pautas muy fáciles. Como ya se ha comentado en el primer párrafo, no vamos a salir de pobres por tomar estas medidas pero, a lo mejor, conseguimos pasar el mes con alguna atadura menos. Quizás podamos tomarnos hasta unas cañas.
¿Cómo ahorrar en la factura de la luz?
- Disminuir potencia: si es posible, es lo primero que debemos hacer. Tendremos que informarnos de la potencia que tenemos contratada y también de la que, realmente, necesitamos. En muchos casos hay gente que paga por mucha más energía de la que precisa.
- Apagar los aparatos: aunque parezca un aspecto fútil, no lo es. Debemos apagar los aparatos electrónicos: televisión, DVD, radio, etc. La diferencia entre dejarlos en stand-by o en off, puede ser importante.
- La nevera: al igual que en el primero de los consejos, en algunos casos tenemos el frigorífico a mayor temperatura que la que necesitamos. Lo mejor es probar. Baja un poco la de la nevera y la del congelador y comprueba el funcionamiento. Pero con cuidado, que si los alimentos se nos ponen malos, será mucho peor el remedio que la enfermedad.
- Discriminación horario: analicemos cuáles son las horas en las que más gasto de energía hacemos y contratemos una tarifa con discriminación horario que abarate, precisamente, esas horas del día.
- Electrodomésticos eficientes: aunque sean un poco más caros, a la postre nos compensará adquirir una nevera, lavadora o lavavajillas con un consumo energéticamente eficiente.
- Desconecta: sabemos que da pereza, que, dicho coloquialmente, “es un rollo”. Pero está comprobado que si cada noche desenchufamos los aparatos de la casa se produce un importante ahorro.
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Consejos, trucos, pautas que, muchas veces, nos han dicho. Y que otras tantas hemos omitido. Son prácticas saludables desde el punto de vista económico, energético y medioambiental, de las que sólo nos acordamos cuando la economía pasa apuros. Ahorrar en la factura de la luz no es difícil. Haz un pequeño esfuerzo y tu cuenta a final de mes no estará tan vacía.