Como se dice en la descripción de autor de este blog, los tiempos que nos están tocando vivir están obligando a muchos a prestar atención, o conocer el significado de términos, que antes habíamos obviado por completo. No es que en tiempos pretéritos fuéramos ricos (al menos no todos) pero tampoco existía este temor, latente en la actualidad, a perder el trabajo y verse en una situación económica realmente complicada. La economía, una gran desconocida para muchos, está a la orden del día. El término amortizar es uno de esos que hemos escuchado en infinidad de ocasiones y que nunca nos hemos preocupado por comprender verdaderamente.
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Es probable que, más o menos, supiéramos su significado. Que si alguien introducía la palabra “amortizar” en una frase supiéramos, a grandes rasgos, a qué se refería. Pero mejor que no nos preguntaran. Preferíamos mantenernos al margen. No era algo que nos interesara. Como tampoco lo era saber la diferencia entre crédito y préstamo o conocer a fondo los tipos de interés.
¿Qué es amortizar?
Las dos primeras acepciones de la RAE sobre amortizar son las siguientes:
- Redimir o extinguir el capital de un censo, préstamo u otra deuda.
- Recuperar o compensar los fondos invertidos en alguna empresa.
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Y son dos también los significados del verbo amortizar en términos económicos. El primero, y el más comprensible para todos, es el que se utiliza cuando nos referimos a un pasivo. Por eso hablamos de amortizar un préstamo o una hipoteca; es decir, pagar el total o parte de una deuda.
El otro uso es bastante más técnico y propio de los ejercicios contables. Básicamente podríamos decir que es calcular la depreciación de un bien que ha sido adquirido anteriormente. Traducido a idioma que cualquiera pueda entender: el valor que tiene (y por tanto el que ha perdido) un bien con el paso del tiempo.
No en todos los países se establecen los mismos sistemas para analizar la amortización. Cada año hay que incluir en los asientos contables el nuevo valor del bien en cuestión. Cada anualidad, por tanto, se debe calcular la amortización de los bienes.
Aunque, como ya hemos comentado, haya diversos métodos de cálculo de la amortización, lo habitual es el sistema lineal. Realmente fácil: si una máquina nos ha costado 50.000 euros y se calcula que funcionara durante cinco años, cada 365 días perderá 10.000 euros de su valor.
